El Mes de la Herencia Hispana ofrece una valiosa oportunidad para celebrar y honrar las importantes contribuciones de la comunidad hispana y latina en todo los Estados Unidos. Como miembro orgulloso de esta vibrante comunidad, aprovecho la oportunidad para reflexionar sobre nuestros logros, cultura y el papel que desempeñamos en la formación de esta gran nación. Este mes sirve como un poderoso recordatorio de la rica herencia que compartimos y el impacto que seguimos teniendo en el futuro de los Estados Unidos. Es el momento de reconocer la fuerza, la resistencia y la influencia que aportamos a todas las industrias -desde la agricultura y la política hasta las artes y los deportes-, al tiempo que celebramos la vitalidad cultural que enriquece y fortalece nuestro país.
Pero el Mes de la Herencia Hispana es mas de honrar la historia; es una oportunidad para fomentar el entendimiento intercultural y promover la inclusión. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, los hispanos y latinos representamos el 19.5% de la población, lo que nos convierte en la minoría racial o étnica más numerosa del país. Muchos miembros de nuestra comunidad desempeñan funciones esenciales que a menudo pasan desapercibidas, desde las tareas domésticas hasta la agricultura, y constituyen la base de la prosperidad de nuestra nación. Es importante reconocer a estos héroes anónimos, cuya dedicación y esfuerzo constante enriquecen nuestra vida cotidiana. Nuestras voces, historias y contribuciones se entretejen en el tejido del diverso tapiz del Estados Unidos, impulsando el progreso a través de la representación, la filantropía y el liderazgo.
Para mí, conservar mi rica herencia cultural es una responsabilidad tanto personal como profesional. Encuentro inspiración de la valentía y la resistencia de las comunidades hispanas y latinas, y me esfuerzo por ser un ejemplo para mis hijos y otras personas que buscan ser agentes y creadores de cambio. Enseño a mis hijos la importancia de la identidad propia, el orgullo cultural y la responsabilidad comunitaria. Acogiendo mi cultura con humildad, encuentro fuerza en la empatía y en el deseo de elevar a los demás.
En mi tiempo con el State Fair of Texas, yo he tenido la suerte de explorar numerosas experiencias, y en cada papel, he encontrado maneras de dar, aprender y mejorar el espacio que me rodea. La Feria me ha permitido ser auténtica, evolucionar y elevar la comunidad que sirvo. Me animan a buscar la originalidad, y esa libertad me ha permitido crecer como defensora de la inclusión, la comprensión y el progreso.
Como responsable de Asuntos Comunitarios de la Feria más grande del país afronto mis responsabilidades con un corazón sincero y empático. Es algo natural para mí porque coincide con lo que soy y lo que defiendo. Criada por una madre y una familia generosa, he sido formada por esos valores, y me esfuerzo por inculcarle lo mismo a mis hijos. Todo lo que hago está impulsado por mi compromiso con la comunidad a la que tengo el honor de representar. Cada día me siento profundamente agradecida por la oportunidad de servir, y no hay palabras para expresar la satisfacción que me produce ayudar a esta comunidad.
Dar no suele ser fácil, pero es esencial. Me dedico a cultivar una conciencia profunda e incondicional de los retos que conlleva ser un servidor. El progreso no puede existir de forma aislada, requiere unidad. El verdadero avance se produce cuando honramos y reconocemos el valor de cada individuo y de cada comunidad. Debemos seguir avanzando, no sólo por nosotros, sino por las futuras generaciones. No hay progreso sin unidad, ni éxito sin resiliencia. Mientras sigo celebrando y promoviendo mi cultura, me mantengo firme en mi creencia de que, mediante la generosidad y la comprensión, podemos construir un futuro en el que todas las personas y todas las comunidades tengan la oportunidad de prosperar.
Mientras honramos los logros culturales y las contribuciones de los hispanos y latinoamericanos durante este mes, invito a todos a celebrar sin juzgar, a apoyarse unos a otros y a no dejar nunca de avanzar. El estancamiento conduce a la cesación, mientras que el progreso conduce a un sinfín de posibilidades. Honremos la humanidad que compartimos, reconozcamos nuestras fortalezas y celebremos la riqueza cultural que nos define. Acojamos con orgullo nuestra historia, ideas y logros. Juntos podemos crear un futuro en el que todas las voces sean escuchadas, valoradas y elevadas. Es a través de la valentía y la empatía como nos hacemos más fuertes, y es a través del progreso como seguimos prosperando.
Con todo mi corazón y gratitud,
Jessica Vitela